lunes, 16 de enero de 2012

Palabra (o concepto) en extinción: fidelidad

El otro día, hablando con una compañera terminé de convencerme de algo: se ha perdido el verdadero sentido y valor de la palabra "compromiso" en las relaciones de pareja.

Independientemente de mi propia experiencia (fruto de la cual yo andaba ya cerca de dar por cierta la anterior afirmación, a pesar de no querer creerlo del todo por aquello de no perder la fe en el amor y por aquello de que quizás es que yo había tenido mala suerte), esta compañera a la que, por circunstancias, estoy empezando a conocer ahora un poco mejor y que ha resultado ser muy parecida a mí en muchas formas de pensar, también estaba asombrada de ciertas situaciones vividas en su primera persona. A saber:

- Viernes noche, cena de cumpleaños de un amigo suyo: Tras la cena, vienen un par de copas en un pub, pero, después de eso, a nadie excepto a ella le apetece alargar la velada e ir a otro sitio. Mi compañera guarda cierta relación con algunos compañeros de su anterior trabajo con los que se llevaba bien y con los que, en más de una ocasión, ha quedado para salir. Se acuerda de que uno de ellos vive cerca de donde están y le llama para ver si está por allí y/o si está con alguien y ver si pueden quedar en algún sitio para seguir divirtiéndose. Pues sí, resulta que él está por allí. Concretamente le comenta que acaba de dejar a su novia en el bus que la lleva a su casa y que él se dirigía a la suya. Le apetece ver a mi compañera porque hace tiempo que no se ponen al día, así que quedan y se van a tomar una copa. Ya en el garito de turno y después de un rato de charla, él le espeta: "Bueno, ¿qué? ¿qué eliges chico o chica?". Mi compañera: "¿Perdona?". Él: "Sí, para el trío. A mí me da igual; ya lo he hecho de las dos maneras, así que puedes elegir a quien quieras". Mi compañera: "O_o... Buenoooo, vamos a ver, casi mejor que lo dejamos para otro día y nos vamos marchando a casa, ¿no te parece?". Él: "¿Es que nunca lo has hecho?". Mi compañera: "Pues no. Ya, ya veo que, a pesar de ser unos cuantos años mayor que tú, tú me ganas en experiencia, pero a mí no me va. Además,... ¿tú no tienes novia?" Él: "Sí, pero estas cosas no tienen nada que ver con ella. Es otra faceta de mi vida. Algo personal mío" Mi compañera: "Bueno, majo, que lo dicho, encantada de verte y que yo me voy marchando..."

- Esta misma compañera, en una ocasión fue objeto de "los tejos" de un amigo de un amigo suyo que tenía novia a 400 km de distancia y que abiertamente le dijo: "Me gustas, pero que sepas que tengo novia. Ella vive en (ciudad a 400 km). No la voy a dejar, pero me gustaría tener algo contigo para cuando ella no esté aquí".

- Otro amigo de mi compañera que, a su vez, tiene un amigo recién casado al que mi compañera conoció en el cumpleaños del amigo común. Este tipo casado se encaprichó de ella y la estuvo persiguiendo durante más de un año para conseguir ligársela. Su estrategia fue camelársela poco a poco, siendo el "amigo ideal" que todas queremos y necesitamos en ciertos momentos, pero dejando caer de vez en cuando la típica indirecta a ver si cuela un revolcón. Un año fue lo que el tío tardó en terminar de convencerse de que no iba a conseguir nada con mi compañera y, en cuanto se convenció de ello, dejó de "ser su amigo".  A sus indirectas, mi amiga siempe le peguntaba: "¿tú no estás casado?". Él: "Que yo haya elegido la cena no quiere decir que no pueda mirar el menú"... [Cosecha mía: Ya majo, pero es que una cosa es mirar el menú y otra cosa es ¡que quieras probar todos los platos!]. A mi compañera le consta que el tipo se acuesta con toda la que puede (viaja por trabajo, lo que se lo pone más fácil).

Después de contarme ella todas estas cosas y yo a ella mis experiencias propias, llegamos a la conclusión de que, hoy en día, no hay compromiso real en mucha de la gente que decide casarse/emparejarse.

Yo creo firmemente que una relación de pareja conlleva, ante todo, respeto y lealtad y que estas dos cosas llevan implícitas muchas otras entre las cuales está la fidelidad. Ya no es el hecho en sí de ser infiel a tu pareja físicamente, que no deja de ser un acto físico, sino el hecho de que, con ese acto, le estás siendo desleal y estás faltando al respeto a la persona a la que se supone que has elegido como compañero de vida. Sumémosle también el fallo total a la confianza depositada en ti por esa persona.

Si lo estás haciendo a espaldas de tu pareja es porque sabes que a ella no le gustaría lo que haces y, por tanto, si lo llegas a hacer, estás faltando al respeto, a la lealtad y a las normas asumidas en tu relación.

Creo que, si no estás dispuesto a ser fiel y leal con la pareja que elijas, es mejor que optes por un estilo de vida de soltero para no hacer daño a otras personas. Nadie te obliga a vivir en pareja si no estás convencido de ello y, si optas por formar una pareja (y hasta una familia) sin renunciar a la libertad sexual de la soltería, puedes arruinar la vida y hacer daño a muchas personas que serán los que paguen tu egoísmo (tu pareja, tus posibles hijos, tu familia, la familia de tu pareja...).

Después de toda esta reflexión no me queda otra que concluir que mucha de la gente que se casa o se empareja y que llega hasta a formar una familia, lo hace realmente porque "es lo que toca", porque no quieren vivir solos cuando sean viejos, porque quieren tener a alguien que les cuide cuando estén enfermos o sean mayores, porque quieren llegar a casa y tener la casa limpia y un plato de comida caliente en la mesa, porque no quieren renunciar a la experiencia de ser padres (aunque esto hoy en día también se puede hacer en soltería, pero en fin...) pero prefieren que otra persona comparta la responsabilidad de la paternidad/maternidad con ellos y no cargarla ellos solitos (y, de paso, que al llegar a casa también estén ya los niños bañados, cenados y casi acostados...). En fin, que una decisión tan importante como esta no siempre se toma por las razones adecuadas y, por ello, hay mucha falta de compromiso.

Supongo que hace unas cuantas décadas también habría gente que se casara porque "era lo que tocaba", pero ahora, además, existe mucha más libertad y mucho más acceso a posibles oportunidades de infidelidad, lo que hace que esta situación se haya "globalizado" un poco más. Además no hay miedo al "qué dirán" si te divorcias, con lo que parece que hay "carta blanca" (si te pillan, te divorcias y a empezar de nuevo, que aquí no ha pasado nada). Antes te casabas y era para toda la vida y, como no había móviles ni internet, para ser infiel solamente te quedaba echarte un amante (para los señores, la "querida" de toda la vida) o "irte de putas" y mejor ser discretos y no dar que hablar en el pueblo en el que uno vivía.

Yo soy mujer y mi compañera también lo es, así que hablábamos desde nuestra experiencia y punto de vista que es el de la falta de compromiso con la pareja de los hombres actuales, pero seguro que los hombres también podrían hablar de falta de compromiso de muchas mujeres de hoy en día. No creo que esta "epidemia" sea única y exclusiva del género masculino.

Y, por supuesto, cuando hablo de "pareja" lo hago desde el punto de vista de lo que se entiende por "pareja" en el sentido más estricto de la palabra. Quiero decir que, si se trata de parejas de esas que ahora se llaman "abiertas" y este tipo de comportamientos se hacen con el conocimiento, consentimiento (e incluso participación) de la otra parte, ya no se estaría faltando al respeto ni a la lealtad a nadie puesto que ESAS son las "reglas del juego" pactadas dentro de ESA pareja. Y cada pareja es un mundo y yo no soy quién para juzgar cuál es su forma de vida. Otra cosa es que no la comparta y no la quiera para mí, pero la respeto.

7 comentarios:

David Cotos dijo...

Concuerdo contigo, es hora de revalorar la palabra compromiso a todos los niveles ojo.

Pd: Te invito a que visites mi blog de cine, ahí también publico cuentos míos.

Daniela Haydee dijo...

Cuando una persona necesita complementar lo que tiene en casa, con lo que encuentra fuera, es que entiende "la pareja" de otro modo, y mucho me temo que el interés que le unió a esa persona, no fue el amor, sino la confortabilidad.

No dudo que quieran (o sientan al menos algo de cariño por su pareja), pero no aman y creo que les importaría poco ser descubiertos porque "estar", o "no estar" es lo mismo para ellos/as, la situación civil no cambia sus hábitos.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo quiero ser un poco optimista. Pienso que hay de todo, no se puede generalizar. Quizás hoy día todo sea más evidente, más obvio... por la libertad que hay, pero supongo que siempre ha habido gente desleal (y evito emplear el término infiel porque como tú comentas, no es tan grave en mi opinión la cuestión física como el hecho moral en sí de traicionar a alguien que ha depositado su confianza en ti).
Claro, esto ocurre a todos los niveles: familiar, laboral, sentimental... y lo podemos ver día a día, pero sigue quedando gente honesta.
Es cierto que cada uno habla por su propia experiencia y si amabas habeis tenido la "suerte" de toparos con tipos de éstos, es normal que esteis muy moscas pero conservemos la esperanza, no? XD

Un beso!

Miranda dijo...

DANIELA, gracias por pasarte.

Exactamente eso es lo que yo pienso que esas personas se unen a otras "en pareja" por otros intereses (comfortabilidad) y no por el verdadero deseo de compartir la vida con esa persona.

En cuanto a lo de que no les importaría ser descubiertos, yo creo que a algunos, los más cínicos, sí que les importa que les puedan "desmontar" la vida que ellos se han ocupado tanto de "montarse". Conozco al menos a uno al que no le llegaba la ropa al cuerpo del miedo que le entró cuando vio que aquello podía pasar.

A otros, en cambio, como tú dices no les importa demasiado. Si les pillan y les echan abajo el "montaje", pues a aguantar la tempestad y, una vez que amaine, ya nos montaremos algo nuevo.

Miranda dijo...

ALIENA, sí la deslealtad del hecho, la infidelidad moral y sentimental es aún peor que la infidelidad física.

Quiero creer que aún existe gente honesta y sincera, pero cada vez parece que son menos y que es más difícil dar con ellos.

Bueno, mantendremos un hilito de esperanza...

Fiebre dijo...

Hola guapa: No me había pasado aún por aquí. Parece que hemos coincidido unas cuantas en reflexionar acerca del concepto de "infidelidad" en estos días.

Como ya me he explayado bastante y leiste, sólo añadir que el concepto "porque toca" es el gran fracaso de un montón de parejas de hoy en día.

Si nos plantearamos las cosas atendiendo sólo al alma, y no a las convenciones y reglas del vivir y la sociedad, ahora me caso porque llevo x años, ahora el niño etc, no habría tanto fracaso (creo).
Me pasaré por aquí. Besos.

Miranda dijo...

Una calurosa bienvenida, Fiebre.

Sí. No sé qué pasa últimamente que estamos varias reflexionando sobre estos temas.

Lo que dices es muy cierto. Si mantener una relación larga de pareja ya es, a veces, un trabajo nada sencillo y que requiere de verdaderas ganas, ni te cuento lo mucho más complicado que tiene que ser mantener la cosa a flote cuando no se está por convicción sino "porque tocaba en su momento"

Un beso

PD: No creo que yo sea tan prolífica escribiendo como tú porque esto solamente es para mí una vía de escape y una manera de reflexionar (y no tengo una vida tan acontecida como tú, jeje), pero puedes pasar cuando quieras o no pasar según te apetezca. No se le tendrán en cuenta a nadie las visitas ;)